martes, 26 de abril de 2011

Respondiendo a Andreu Buenafuente

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Andreu Buenafuente: MI MANIFIESTO


Querido Andreu:

 Como puedes ver no soy de los que utilizan el anonimato, pero tampoco soy el único y soy uno de los que te han criticado. Aquí en Twitter, mi voz vale tanto como la tuya, con la ventaja de que es espontánea, concisa y necesariamente breve. Naturalmente que me costará mucho más conseguir un seguidor que a ti, pero, precisamente por eso, también lo valoraré mucho más.

 No veo en tu manifiesto ni una sola tentación autocrítica; ruido, coacción, insulto, intolerancia e incluso burguesía son términos que aplicas a “los otros”. Tu reino parece que tampoco es de este mundo, pero deberías bajar de ese limbo particular e intentar “conocer a esos que te atacan sin conocerte” y seguramente ellos se redimirían ante tus ojos y tú ante los suyos. Te aseguro que convertir un enemigo en amigo es más gratificante que el lametón de un perro.

 Si te vacunas de endiosamiento y compartes con la plebe las migajas de los medios de comunicación verás que no somos tan malos. En las redes sociales tenemos voz aquellos a quién tu quizá no nos la darías y no te debe extrañar que la utilicemos mal después de tanto tiempo amordazados.

 Yo también creo que el insulto desmerece a quién lo profiere pero, dentro del insulto y hasta de la ironía, hay matices que vienen determinados por la sensibilidad de cada cual y no tengo la impresión de que, en tus programas, hayas tenido en cuenta esos matices que ahora reclamas para ti. Me explico: no es lo mismo llamar cornudo a un soltero sin compromiso que a un casado que sabe que lo es.

 Estoy contigo en que hay salir a la calle, gritar y hacer un millón de revoluciones si es necesario pero de nuevo te falta autocrítica. Tú has tenido voz, capacidad para despertar a una sociedad amodorrada y has callado; quizá estabas ocupado en convertirte en burgués para poder hablar con propiedad de la burguesía.

 PD: Se valiente, permite los comentarios en tu blog. Yo he visitado varias veces el blog de Leire Pajín, que no es precisamente mi musa, y no he dejado ningún comentario insultante. Curioso, no he dejado ningún comentario.

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