Este es el primero de tres artículos que intentarán analizar las causas y consecuencias de terrorismo moderno.
El terrorismo existe desde los inicios de la humanidad y, probablemente, nos acompañará siempre debido a los importantes objetivos que se pueden conseguir con medios escasos; basta un fanático, con unos pocos dólares en explosivos, para producir enormes daños.
Para reducir el campo de estudio aquí nos vamos a referir al terrorismo moderno que, aunque algunas organizaciones sean anteriores, tiene su auge en la década de los 70 y secuelas que llegan hasta hoy. Intentaremos ofrecer las claves que propiciaron su aparición y que van ligadas a la debilidad del sistema comunista.
A principios de los sesenta ya se está gestando lo que luego se llamará Primavera de Praga, un movimiento que no es político, sino económico y que demuestra la incapacidad del sistema soviético de garantizar el bienestar de sus ciudadanos. Durante el gobierno de Brézhnev, se produce una recesión económica que obligará a la Unión Soviética importar trigo de occidente en 1963, precisamente de Argentina, gobernada por una dictadura militar de extrema derecha. La credibilidad del sistema se pone en entredicho; la financiación de los grupos de izquierda por parte de la URSS se complica y, en consecuencia, su control se hace más difícil.
También a principios de los sesenta en EEUU se origina un movimiento pacifista, el movimiento hippie, de ideario anarco-comunista y de rechazo del capitalismo, que desembocará en el Mayo Francés y que, paradójicamente, originará las formas más brutales de terrorismo con el nacimiento del socialismo libertario (marxista-leninista) y el ecosocialismo, que acusa al capitalismo de todos los males del planeta.
En 1960 la Unión Soviética abandona todos sus proyectos en China y retira a todos sus asesores; la Internacional Socialista se ve cada vez más lejos y la ilusión de un mundo unido por el comunismo se aleja. Los más extremistas todavía pueden confiar en imponer el comunismo por la vía militar.
La noche del 12 de agosto de 1961 se construye el Muro de Berlín. El socialismo ya no avanza conquistando el mundo, sino que se repliega y se encierra en si mismo intentando evitar la huida de sus ciudadanos en busca de una vida más rica en bienes y libertades.
En octubre de 1962, el poderío militar soviético se ve frenado por la determinación del presidente Kennedy de impedir la instalación de armamento nuclear en Cuba. La opción bélica para imponer la doctrina de Marx también se aleja en el occidente, pero la URSS vuelve la vista hacia oriente.
En 1962, se produce la primera deserción, cuando Albania abandona el Pacto de Varsovia; es un país pequeño pero supone un importante varapalo al orgullo ruso.
En 1964 EEUU planta cara a la expansión de la URSS hacia oriente con la intervención en la Guerra de Vietnam. Cortado el paso hacia oriente, a los rusos ya sólo les quedan los países satélites limítrofes, Oriente Medio y, en menor medida, el norte de África.
En mayo de 1968 se desencadenan una serie de revueltas, impulsadas por estudiantes de izquierdas parisinos vinculados al movimiento hippie, que culminan en una huelga general apoyada por 9 millones de trabajadores y, aún que a desgana, por el Partido Comunista francés. En ese mismo año David Rockefeller funda el Club de Roma, del que emana toda la doctrina ecosocialista que siguen los grupos ecologistas. (Más información en este blog).
El 20 de agosto de 1968 el Pacto de Varsovia invade Checoslovaquia en lo que se conoce por la Primavera de Praga. La intervención es condenada por los partidos comunistas francés, italiano y finlandés y hay protestas en la propia Unión Soviética. Por primera vez se asiste a una ruptura en la ortodoxia de la Internacional Socialista.
La misión espacial Apolo 11 de EEUU consigue que un ser humano ponga el pié la Luna el 16 de julio de 1969, una conquista importante, sobre todo para el orgullo norteamericano y un logro publicitario del sistema capitalista. La supremacía espacial de la URSS también se había acabado.
En resumen: la Unión Soviética deja de ser el paraíso prometido a los ojos del mundo. Eso supone una gran decepción para los simpatizantes comunistas más combativos lo que les obliga a buscar métodos drásticos para conseguir imponer su ideología.Privados de una financiación que los rusos ya no pueden dar, deben sobrevivir por sus propios medios, a veces recurriendo al robo, el secuestro y la extorsión, o buscando otros patrocinadores ya sean gobiernos u otras organizaciones.
No están todas, pero en esta tabla aparecen las organizaciones más conocidas. Son grupos terroristas con ideología de extrema izquierda y, por tanto, antinorteamericanos. Al Qaeda, que en principio parece una incongruencia en cuanto a ideología, no se aparta mucho de la línea general; nace de la última veleidad imperialista de la URSS, la guerra de Afganistán y encaja en esa fascinación por el comunismo de la cultura árabe que han resaltado bastantes especialistas.
Hola, Secundino: sensacional informe sobre las causas del terrorismo y su imbricación con el totalitarismo comunista. Espero ya los dos próximos post suyos. Fenomenal y muy necesario su blog, lo que llevo leido del mismo me gusta por su irnonía y perspicacia. Le invito, si tiene un segudo, al mío.
ResponderEliminarSaludos blogueros
Hola, soy seguidor tuyo, yo también, josemp1961
ResponderEliminarSaludos